Por ser etapa de preparación a la venida de Jesús y por ser el último mes del año, en diciembre se suceden posadas y fiestas navideñas entre las cuales destacan la Corona de Adviento, la pastorela y el nacimiento.
Al principio de periodo de preparación en la espera de la llegada de Jesús, se presenta en el templo la corona de Adviento. Esta tiene su origen en Alemania. Representa en sí el ruego para que el sol regresara con su luz y calor durante el invierno, en un mundo donde se pensaba que la ausencia de calor provocaba frialdad y maldad en las relaciones humanas. Luego los cristiano lo van a actualizar entendiendo a Jesús como el origen de la vida y de la luz espiritual. La corona nos recuerda la eternidad de Dios que no tiene principio ni fin, por eso es un círculo con follaje verde de preferencia.
Se ponen cuatro veladoras que representan la actitud que debemos vivir en éste periodo y que son el ayuno, la oración, la instrucción y la preparación al nacimiento de Cristo. Las veladoras, que se enciende una por cada semana previa al día de la navidad, simbolizan la luz, el calor y el tiempo de penitencia. Tres de ellas son moradas y una rosa que significa el gozo y la alegría de la próxima venida de Jesús. En el centro se pone una veladora blanca que nos recuerda el nacimiento de la Luz Divina, misma que se enciende en la Noche Buena.
Las pastorelas tienen su origen en el siglo XIII en Italia, de donde procede su nombre pastorella en las que participaban precisamente pastores, pues ellos fueron los primeros en adorar al niño. Originalmente se hacían representaciones tanto del ciclo navideño como de la Pascua. Luego en España se hacieron pequeñas obras de teatro, en las cuales a través de un lenguaje común a la gente, presentaban historias moralizantes que en forma de parábolas pretendían instruir a la gente. Como participan habitantes de las villas, recibieron el nombre de villancicos pues la cantaban los villanos, como también les conocían por vivir en ellas. Dichas composiciones eran cantos poéticos en alusión al periodo navideño y que luego serán utilizados en las pastorelas.
Las pastorelas llegaron a México con los franciscanos y se sabe que la primera representación se hizo en 1527 cuando se presentó en Cuernavaca La comedia de los Reyes. Luego el primer obispo mexicano, fray Juan de Zumárraga ordenó que en 1530 se escenificara La natividad gozosa de nuestro Salvador.
Los antiguos mexicanos pensaban que con la representación de las pastorelas se alejaba a los malos espíritus. En sí, la pastorela es la recreación de las peripecias que enfrentan los pastores para llegar a adorar al Niño Dios. En el trayecto deben de luchar contra los demonios que se lo impiden, poniendo muchas trampas. Ellos representan a los siete pecados capitales. Por eso con la ayuda del Arcángel San Miguel logran derrotar a las fuerzas del mal encabezadas por Lucifer.
Precisamente a las primeras órdenes que llegaron a la Nueva España, les debemos mucho de las tradiciones que tenemos en México. Fueron los franciscanos, dominicos, agustinos y jesuitas, en cuya primera etapa evangelizadora van a asentar las bases religiosas del mexicano. Con su celo apostólico libre e independiente, surgieron métodos de evangelización de los indios tales como las piñatas, los templos al aire libre, las pastorelas, las peregrinaciones y demás muestras de piedad popular.
Por ejemplo se construyeron templos y capillas que eran catecismos vivientes de sucesos esenciales en la vida de los fundadores de las órdenes mendicantes. Ellos pensaron que el indígena sería el mejor instrumento de evangelización de los mismos indios. La labor de los misioneros se centra en la educación de los jóvenes para favorecer mejor su proceso de hispanización.
En su lugar, utilizaron algunas técnicas que los indios ya practicaban como la utilización de figuras y escritura nemotécnica por la que se asociaba a una imagen figurada todo un conjunto de conocimientos. Por ejemplo, la imaginería en caña de las iglesias que en lugar de ser ornato servía como catequesis. El misionero se paraba enfrente de la imagen y la explicaba en su simbolismo. Hicieron capillas al aire libre para eventos masivos y se regresó a la práctica del bautismo por inmersión. Con la intención de acabar con las viejas prácticas religiosas, los misioneros aprendieron sus lenguas y tradiciones, convirtiéndose en los primeros antropólogos del mundo moderno.
Mientras que la costumbre de representar a los nacimientos, nació en el año 1223 con San Francisco de Asís, cuando realizó una obra con personas y animales, que reviviera el recuerdo de la Sagrada Familia, cuando Jesús nació en Belén, en medio de la pobreza y de unos cuantos animalitos y pastores. Luego para ahorrar espacio se comenzaron a utilizar figuras de madera, plomo o de barro.
De nueva cuenta los franciscanos organizaron las primeras fiestas navideñas en México en 1528. Ellos conjuntaron las pastorelas, las posadas, las piñatas y los nacimientos. Mismas que no pueden faltar en la tradición popular de los mexicanos y que en otros países se ven con mucha simpatía y admiración.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de Santa Catarina