Tuve la oportunidad de conocer a los integrantes del Consejo de la Historia y Cultura Sabinas Hidalgo en su reunión de abril del presente año. Desde entonces Carlos Abrego me ha dado la oportunidad de compartir para Ustedes algunas de mis colaboraciones con sus lectores. Muchas de ellas se han centrado en temas de historia nacional y de tradiciones y costumbres. Y aprovechando el espacio tan generosamente me brinda en Sabinas Hidalgo .net, quiero hablarles ahora de la historia de mi pueblo que es Santa Catarina, en ocasión a que éste 20 de noviembre cumpliremos 412 años de fundación.
Tuve la oportunidad de conocer a los integrantes del Consejo de la Historia y Cultura Sabinas Hidalgo en su reunión de abril del presente año. Desde entonces Carlos Abrego me ha dado la oportunidad de compartir para Ustedes algunas de mis colaboraciones con sus lectores. Muchas de ellas se han centrado en temas de historia nacional y de tradiciones y costumbres. Y aprovechando el espacio tan generosamente me brinda en Sabinas Hidalgo .net, quiero hablarles ahora de la historia de mi pueblo que es Santa Catarina, en ocasión a que éste 20 de noviembre cumpliremos 412 años de fundación.
Santa Catarina está localizado a poco menos de 20 kilómetros al poniente de la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey. Está enclavada entre el desierto de los llanos esteparios del noreste y de las montañas de la Sierra Madre. La mayoría de las localidades que integran la cabecera municipal así como muchas de sus congregaciones y colonias, están situadas entre los 680 y 750 metros sobre el nivel del mar. Somos aproximadamente 300 mil habitantes distribuidos en 210 localidades urbanas y es el único municipio metropolitano que tiene población rural.
Estamos junto a las municipalidades de Monterrey y San Pedro, Garza García al oriente, al poniente colinda con García y con Ramos Arizpe, Coahuila. Al sur, nuestro territorio montañoso que comprende casi el 85% de la extensión territorial, limita con Santiago y con Arteaga, Coahuila. Mientras que al norte, una muralla natural como lo es el imponente Cerro de las Mitras, nos hace vecinos tanto de Monterrey como de García, Nuevo León. En sí, la extensión territorial de Santa Catarina comprende aproximadamente los 985 kilómetros cuadrados
Hemos seguido nuestro crecimiento económico de acuerdo a los tres sectores de producción: primario: agropecuario, secundario: minero e industrial y terciario o de servicios. Entre 1596 y 1950, fuimos un pueblo eminentemente agricultor. De igual forma, nuestras montañas fueron y son en pocos de los casos, centros de trabajo minero.
Somos la cuna de la industrialización en Nuevo León. Aquí se asentaron las primeras fábricas que hicieron posible el desarrollo y el auge industrial de Monterrey: La Fama de Nuevo León, una factoría textil que dio origen a uno de nuestros pueblos más importantes en 1854.
Precisamente ese crecimiento industrial se ha dado en tres etapas: la fundadora entre 1854 y 1890; la que cambió el rumbo y vocación económica de nuestro municipio, entre 1940 y 1970 y la de la consolidación industrial entre 1970 y que perdura hasta la actualidad.
Pero la última década del siglo XX nos trajo un auge en el sector terciario de producción: importantes instituciones educativas trasladaron sus centros académicos a diversos puntos de la localidad. A su vez, el ramo de la construcción y de los bienes raíces, encontró un lugar idóneo para el desarrollo de grandes centros habitacionales que a su vez requirieron de los servicios comerciales, mismos que vemos en cadenas y plazas comerciales.
Santa Catarina debe su nombre a una santa y mártir paleocristiana. Etimológicamente el nombre de Catarina o de Catalina, viene del griego Catarsis que significa limpieza o pureza. La vida de la virgen y mártir, tiene la cualidad de oscilar entre el mito y la leyenda y entre la bruma del misterio y del tiempo.
Somos un municipio con tradición histórica. Así lo demuestras unos frontones rocosos situados en la Sierra Madre, dónde el visitante podrá ser testigo de la huella de los primeros pobladores que cruzaron el territorio nacional hace poco más de 5,000 años. Esos sitios están situados en el Cañón de la Guitarrita y el otro en el Cañón de San Cristóbal, en dónde existen petrograbados y pinturas rupestres que nos hablan del anhelo de los antiguos pobladores nómadas por perpetuar sus ancestrales modos de vida.
Santa Catarina surgió originalmente en 1577 como puesto o estancia, que alojaba a los viajeros que recorrían los caminos reales entre Saltillo y Monterrey, durante las empresas encabezadas por Alberto del Canto, ya sea de búsqueda de metales preciosos o de mano de obra para que trabajaran en las minas de San Gregorio de Mazapil, actualmente en el estado de Zacatecas.
El sitio fue confirmado como estancia durante el establecimiento del Nuevo Reino de León en 1583 con la gobernatura de Luis Carvajal y de la Cueva. Pero todos lugares fundados en éste periodo de tiempo – 1577 y 1585 – se despoblaron debido a la aprehensión de Carvajal por parte de la Santa Inquisición, acusado de la práctica de la religión hebrea y por el maltrato que daba a los naturales de la región.
Es a partir de la fundación de la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey por parte de Don Diego de Montemayor, quien acompañado de doce familias que apenas sumaban las 36 personas-, se asentaron a orillas de los llamados Ojos de Agua de Santa Lucía. La nueva ciudad tenía por territorio marcado poco menos de 70 kilómetros a la redonda y en ese perímetro se repartieron tierras a los primeros doce pobladores. Esas antiguas haciendas tuvieron el mismo trayecto histórico: se convirtieron en valles en el siglo XVIII, en municipios en el siglo XIX y conformaron la zona metropolitana de Nuevo León en el último tercio del siglo XX.
Estas tierras de Santa Catarina fueron mercedadas a la familia del capitán Lucas García, quién se comprometió a trabajarlas y a poblarlas en beneficio suyo y de la Corona de España. Surgió así la Hacienda de Santa Catalina; como lugar de explotación de los recursos mineros y como centro de producción agropecuaria.
Pero a la muerte del fundador, los descendientes comenzaron a fraccionar la antigua hacienda, surgiendo otras haciendas y labores. Entonces llegaron nuevos pobladores que a la larga conformaron las principales dinastías familiares de Santa Catarina. Fue tanto el crecimiento económico y demográfico que hacia 1730, la Hacienda se convirtió en Valle, una categoría que le permitía contar con un alcalde mayor que se encargaría de solucionar los problemas de los vecinos y evitarles su traslado a Monterrey.
Cuando México obtiene su independencia en 1821 y adopta el sistema federal en 1824, las antiguas provincias o reinos se convirtieron en estados y ellos a su vez quedaron divididos en distritos y municipios. En la primera Constitución Local de Nuevo León de 1825 ya aparece Santa Catarina como una de sus municipalidades.
No obstante, a la región se le seguía conociendo como Valle de Santa Catarina a pesar de que ya contaba con su ayuntamiento desde 1820. Sabemos que desde el 27 de mayo de 1861, Santa Catarina dejó de ser valle para convertirse en villa.
Pero como el Presidente Benito Juárez se hospedó en al menos tres ocasiones en la casa del templo de Santa Catarina en 1864, en señal de agradecimiento por las atenciones recibidas por las autoridades y el pueblo de Santa Catarina, se decía que fue el Benemérito quien elevó a título de villa al Valle de Santa Catarina. Dado el crecimiento económico y poblacional, además de la importancia de Santa Catarina en el proceso integrador de la zona metropolitana de Monterrey, fue elevado a categoría de ciudad el 20 de noviembre de 1977. Desde entonces somos un pueblo orgulloso de nuestra de nuestra historia porque creemos que solo con ella, nos insertamos en el verdadero porvenir.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de Santa Catarina