Allá por finales de 1994, en el Torneo Eloy Treviño Rodríguez, en el campo del Club Sertoma de softbol, situado en la Colonia Zozaya, y siendo dirigente de la Liga Dominical de Softbol del Club citado, el Profr. José Luis Carrera Cervantes, tuvo lugar la siguiente chispa deportiva, en el por cierto bardeado y pintoresco campo de softbol al sur de la ciudad.
Ese memorable domingo, jugaba el equipo Mosaicos Sabinas de la multicitada Colonia y otro, que no se recuerda. Estaba al bat los jugadores de casa. El corredor de tercera base era Juan Martínez. Como coach de los zozayenses, anclado en la tercera base, fungía Héctor Serna. Este, susurra al oído de Juan:
-Si la capea un jardinero, te dejas ir a home hecho la mocha.
No iba ni un out, o iría uno, cuando un batazo surcó en el aire, como rozando las nubes, la pelota se abrió al terreno de foul, el jardinero, tuvo tiempo de medirla, la corrió y la atrapó. Pero el corredor de tercera base -Juan Martínez- ni se inmutó ante tal jugada y siguió anclado en la colchoneta caliente.
Tito Serna, un poco impaciente y desesperado, porque el corredor, no voló a home, lo encara y le dice: Un poco fuerte, que en todo el parque se oyó.
– ¿Porqué no te fuiste a home Juanito?
Y éste, contestale:
– No viste, Tito, que la agarró de foul.
(Y como que él entendía que de foul, no se podía hacer pisa y corre, y por eso, se quedó pegado a al almohadilla. (Tal pareciera o pareciese que estuviera pegado al suelo con resistol cinco mil). Como en el Corrido de Martina.
Ni que decir, que todos los presentes en aquella mañana, reían a más no poder. (Luego no anden conque a Chencha la bolsearon).