De los citados Torneos de Pesca del mencionado Club “Juárez”, A.C., todavía se recuerda aquel domingo, del mes de abril de 1974 más o menos, cuando en un momento de “receso” como a las diez de la mañana, alegres departían, un simpático grupo de visitantes y locales pescadores. (Como líquido de botella ambarina).
Solamente el Sr. Dávila (Visitante) Comandante de la Policía Federal de Caminos en nuestro Estado, se oía hablaba y describía el lugar donde había competido, el lugar que ocupó, (casi había ganado todos los torneos), y el premio o trofeo a que se había hecho acreedor. (Como podría decirse, los estaba “apantallando” o “nomás sus chicharrones tronaban”).
De paso mencionaba, que tenía muy buenas embarcaciones y equipos o implementos deportivos, tanto de agua dulce como de agua salada. (Pareciera que en momento hablaba en Inglés y por lo tanto, nadie le entendía, pero lo escuchaban atentamente).
Pero estaba en ese grupo: Leonel Arturo Ruiz Reséndez, quien actuó como “El Chapulín Colorado”, empezó a defendernos a todos los “agraviados y no agraviados”. Por instantes, se veía fácilmente, que era más “echador” que el interfecto y que no se iba un “torneo vivo”. (Los Sabinenses sabían y hasta demás de su fama de buen humor, (blanco y rosa), y que era un “tigre” para contar o “inventar” chistes, dicharachero a más no poder y hasta podía imitar a cualquiera, es más lo que se diga o escriba, acerca de él, es poco).
Faltaba decir que le decían “El Matachín”, por sus dotes para la danza, que de paso impartiera clases en el IMSS. Acabada de decirle Leonel al visitante, que la lancha de Don Manuel Garza Sandoval de color amarillo con blanco, de 15 pies de largo y 65 briosos caballos y que hasta esquiaba con ella era de él, y en esos instantes “Mel” (su hijo) llegó, la echó a andar y partió a probar suerte en la pesca. (Ya se perfilaba como un excelente pescador). A lo que el citado visitante le dijo:
– ¡Oiga, oiga, se están llevando su lancha!
– No se mortifique, es que yo a cualquiera se la presto. (Ya los presentes pataleaban de la risa).
Benito López V. Le susurró, “que el siguiente fin de semana habría en Tampico, Tamaulipas, un Torneo de Pesca de Curvina y con un automóvil como premio”. Al instante, Leonel le pregunto:
– ¿Vas a ir al Torneo de Curvina la semana que entra a Tampico?
– Seguro que si, el visitante (Dávila).
– Entonces, allá nos vemos, contesto Leonel.
– Oiga, -dijo el visitante, -¿Va a ir dentro de 15 días a Mazatlán, a la pesca del Pez Espada?.
– Como que no, dijo Leonel, allá nos vemos y vamos a ir a pescar en mi embarcación y yo pago todo. (A escondidas se reían todos los presentes). (Es fácil suponer, que todo era mentira y de seguro; el visitante, todavía lo está esperando, tanto en Tampico, como en Mazatlán, Sinaloa). El sí se creyó de todas las mentiras que le espetó a quemarropa.