Del mismo equipo anterior y con la misma explicación, a David Garza Villarreal, se le encomendó la inicial (primera base).
“Vique” repetía constantemente, a los jugadores de cuadro:
– Tírenme al pecho, porque no me puedo agachar, ni puedo brincar. (Les quería decir que le hicieran puros “tiros” buenos, ni arriba, ni abajo, ni a los lados).
Pues bien, como nunca falta quien le tire “pal monte”, (recuerden que algunos beisbolistas de tercera base o del short stop, pasaron la pelota por arriba pero de los enormes cubrevientos, que había por el lado de la primera base). Y el short stop, que parece era Gandhi, hizo un tiro que picó casi en el suelo y “Vique” realizó un tremendo esfuerzo inaudito, se estiró todo lo que pudo, alcanzó a pegar casi el guante en el suelo, junto al tenis color blanco que traía en el pie derecho, la pelota se le escabulló, mientras el compás todavía alcanzaba casi los 180 grados y el pantalón protestó ante tal tremenda acción. La costura de pierna a pierna desapareció casi instantáneamente. Ni que decir, que por el resto del partido, tuvo que entrar otro jugador a cubrir la citada primera base.
Una cosa muy parecida sucedió en el béisbol en la Catedral en Bella Vista, cuando Margarito Ramos Botello estaba esperando a Luis Lauro Ayala Garza que corría como gamo para la intermedia. Este al verse perdido, optó por ponerle los “spikes” en el cuerpo y por poco lo deja en paños menores como a “Vique” la pelota picada, ¡Ah!, que tiempos idos, pero recordados.