De los Torneos Magisteriales, organizados por la Sección 50 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, verificados en el CEDECO en San Nicolás de los Garza, N. L., allá por el año de 1967 más o menos, Sabinas Hidalgo, se hizo presente con un modesto equipo de softbol dirigido por el siempre entusiasta Jorge Mascareñas Valadez.
Leandro Villarreal Camacho, pítcher de lujo y de zumbante rápida, inició en la loma de pitcheo. Los contrarios impuestos a dichos lanzamientos, pronto se fueron arriba en la pizarra. De inmediato, Jorge trajo a Miguel Garza Durán a relevar. (Solo tenía 3 lanzamientos: la lenta, la súper lenta y la que no llega).
Los contrarios, no acostumbrados a estos 3 lanzamientos, no pudieron seguir haciendo de las suyas, y la distancia se fue acortando. Cuando faltaba una carrera para empatar y un corredor anclado en la segunda base, Jorge grito:
– ¡Tiempo ampayer, bateo yo de emergente!.
Nadie lo contradijo, hizo todo el tiempo del mundo, desesperó al lanzador, que de pasó se enfrió y por fin, se paró en la caja de bateo, pero a la zurda.
De inmediato, casi se oían los gritos de sus compañeros, -”si no le pega a la derecha, menos a la zurda”.
Se hizo como que no oyó los reclamos, le pasan dos strikes y en el tercero, logró conectar suavemente, pero la pelota voló y cayo al suelo por la cabeza del segunda base, que no pudo atraparla por mas esfuerzo que hizo.
Mientras corría hacia atrás el segunda base, la pelota la pisó y la enterró en un pozo de topos seguramente y a partir de ese momento la pelota se volvió invisible.
El corredor de segunda en la jugada se fue a tercera base, mientras Jorge se anclaba en la inicial. El segunda base defensivo, empezó a buscar la pelota y no la hallaba.
Ante tal situación, los corredores sabinenses, avanzaron una base más. Por lo tanto, entró la del empate y Jorge llegaba a segunda base.
Ya para entonces, el primera base y el pitcher fueron también a ayudar a buscar la pelota. Jorge se fue como relámpago a tercera base.
Al ratito acudieron el short stop, el jardinero derecho y hasta el central a buscar también la pelota.
Jorge viendo que entre todos no la hallaban, se fue a la tierra prometida, ante el griterío de sus compañeros.
Instantes después, ya andaba todo el equipo buscando la pelota y como no aparecía, Jorge les dijo:
– A lo mejor la aventó de jonrón y la perdí.
Los jugadores contestaron a coro:
– Cuál jonrón, cuál perdí, si aquí cayó la mugre.
Contestaron hirientes ante la desesperación de no poder encontrarla.
El ampáyer devolvió a Jorge a tercera base. Hubo muchas reclamaciones y alegatos y no hubo más, la carrera del gané, la enterró y hasta le echó tierrita y hierbas y la volvió invisible.
Un poco antes de que la pelota fuera encontrada, había llegado Francisco Javier Guadiana Cárdenas, más conocido por “Paco”, (del Barrio del Aguacate), se unió a la búsqueda de la pelota y se enteró de la situación del juego. (Se aclara que no formaba parte del equipo Sabinense).
“Paco” le dice a Jorge:
– Qué tal si bateo yo
– ¡Manos a la obra!, le contesta Jorge.
“Paco” que siempre lucía impecable, bien vestido y combinado, se empezó a quitar la corbata, consiguió unos spikes y una gorra, se hace el cambio y se para en la caja de bateo, pero a la zurda igual que Jorge.
Años más tarde sería mas peligroso y eficiente con un micrófono en la mano que con un bate. Los Gobernadores del Estado de Nuevo León, Elizondo, Farías, Zorrilla, Martínez y Treviño, lo mandaban llamar a la Colonia Paraíso de la Villa de Guadalupe, para conducir con todo el protocolo cualquier ceremonia y vaya que apantalló a varios Presidentes de México, entre ellos a López Portillo, Ministros, Gobernadores y demás altos servidores del pueblo de México y hasta en otros países. Casi nada.
“Paco” elegantemente y con mano zurda, deja el bate, casi suspendido en el aire, mientras él ya iba corriendo a primera base. La pelota llega y hace contacto con el bate por así decirlo, se produce el toque, que pudiera llamarse “dejando”, el cátcher la toma tira a primera, pero “Paco”, ya había pasado por la primera base.
Mientras tanto, Jorge arribó con la del gane. Las reclamaciones no se hicieron esperar por la inusitada forma de “tocar” la pelota de Paco.
Las reclamaciones fueron inútiles, contó la carrera y Sabinas se alzó con el triunfo otra vez en la misma entrada.
Después de media hora de discusiones, los sabinenses empezaron otro juego, con otro equipo de tantos que participaron. Nuevamente, Miguel subió a la loma de pitcheo e hizo galanura y buena figura, con sus clásicos “tres” lanzamientos.
Pero antes Leandro Villarreal Camacho le había comentado a Miguel:
– ¿Oye cómo le hiciste? cuando me relevaste en el primer juego, no iba ningún out y con tres lanzamientos, hiciste tres out. A lo que Miguel contesta, como su primo Francisco con mucha elegancia:
– Generalmente, hago menos de tres lanzamientos para hacer los tres outs. Se los deja de tarea a los ávidos lectores los comentarios.
Basta decir que lo ganaron, pero; los jardineros corrieron como liebres en aquel campo abierto, (no había barda) y terminaron agotados, pero eso si todos contentos y alegres.
El único incidente de ese juego, fue que un tremendo batazo que le conecta a Miguel y como los campos estaban todos juntos, allá atrás del jardín central, estaba el cátcher de otro equipo y de otro juego. La pelota fue a pegarle hasta allá en la nuca y lo desmayó. Con esta acción se da idea exacta, de lo que corrieron los jardineros. Federico Montemayor Garza, hizo lo mismo por Sabinas.