En ese mismo torneo de atletismo mencionado en la anécdota anterior, se estaba efectuando el lanzamiento de disco con toda normalidad.
Benito López iba ganando el evento con 28.50 metros, seguido muy de cerca por Ramiro Montemayor Garza con 28.30 metros. Cuando en el último disparo, Manuel Pérez Camacho, que por cierto esa vez no alcanzó lugar, hizo un lanzamiento descomunal y fácilmente se veía a simple vista que el tiro era arriba de los 30 metros, que para ese tiempo era mucho, pero le estaba ganando al del primer lugar. Manuel Pérez se emocionó demasiado, se puso la mano derecha en la frente para ver mejor y en lugar de salirse correctamente del círculo de lanzamiento, entró corriendo a la zona de los disparos y en el instante mismo en que Manuel puso el pie derecho en la tierra prohibida, Benito, ni tardo ni perezoso ya que era el juez y lanzador (parte) del evento, le gritó: ¡Foul! y foul se quedó y como es lógico y fácil de comprender, él ganó el citado lanzamiento que todavía es recordado por los amantes del atletismo y más aún por el afectado. Todavía cuando se lo encuentra le reclama tal acción.