A pesar de los escépticos o de quienes de plano no quieren aceptar las evidencias que así lo manifiestan, quienes, incluso podrían ser tachados de cínicos funcionarios emanados del PAN siguen dando muestras de que son como los de cualquier otro partido, con virtudes y defectos, ambiciosos, amantes del poder y tan corruptos como el que más.
A muchos de aquellos personajes que mientras fueron oposición se la pasaban cuestionando y criticando las acciones y corruptelas de los priístas, les bastó probar las mieles del poder y del erario para transformarse y hacer todo aquello que catalogaban incorrecto.
Y de ello dan cuenta, no sólo los medios de comunicación, sino infinidad de personas que se manifiestan asqueadas e indignados al ver en lo que malos elementos han convertido al PAN, al que utilizan como trampolín para alcanzar el poder, buscando su beneficio personal antes que el bien común.
Al respecto, recientemente, Tatiana Clouthier y Gilberto Marcos hablaron fuerte e hicieron un recuento histórico de cómo se han venido enquistando en San Pedro malas prácticas, y citaron varios casos emblemáticos que han dado mucho de qué hablar, lamentando que, una práctica común en San Pedro es que las obras terminen costando 200 o 300 por ciento más caro que el proyecto original, práctica que, de tan común, ya la vemos como algo normal, siendo ésta una de las principales fuentes de enriquecimiento de los funcionarios.
Tanto Clouthier como Gilberto Marcos coincidieron en que el monopolio en el poder termina por corromper, y que de esta situación nadie, sin importar el partido en que militen, sale bien librado.
Aunque, a decir verdad, vaya que en lo personal los funcionarios sí salen bien librados… de problemas económicos.