Una a una fueron cayendo las hojas del calendario, y, en menos de lo que se los escribo, terminó el año 2013, al menos esa es la percepción, en lo que, tal vez, influye la edad, pues cuando niños y aún de adolescentes, la percepción era distinta, y nos parecía que el tiempo transcurría más lentamente.
Sea como sea, lo cierto es que ya se fueron otros 365 días, tiempo que ya no es posible reponer, y lo que hicimos o dejamos de hacer, ya es historia.
Es posible que los propósitos que nos hicimos el año pasado, en algunos casos quedaron sólo en eso, y no por falta de ganas, sino por diversas circunstancias ajenas a nuestra voluntad.
Lo importante en todo caso, es que no desistamos y continuemos adelante, esperando que Dios nos conceda y nos conserve la salud, lo que nos permitirá seguir en la brega, y que aún, o a pesar de nuestras limitaciones, podamos seguir desempeñándonos de la mejor manera posible en nuestro respectivo campo de acción.
En lo personal, el 2013 me resultó un tanto difícil debido a un infarto al miocardio y a la posterior cirugía a corazón abierto. Sin embargo, Dios me ha concedido otra oportunidad para seguir disfrutando de mi familia, mis amigos, mi trabajo y todo lo que me gusta hacer, como escribir esta columna semanal, por ejemplo.
Antes de concluir, hago patente mi modesto reconocimiento y mi sincera felicitación al profesor Jorge Mascareñas Valadez con motivo de cumplirse 61 años de publicación ininterrumpida de “Semana Regional”, prueba palpable de lo que se puede lograr cuando, a pesar de limitaciones, sacrificios, desvelos y hasta problemas de salud, lo que se hace de todo corazón y con gran sentido de responsabilidad.
¡Feliz Año Nuevo para todos!
Castellanos
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo