Cuando alguien muere, generalmente salen a relucir todas las cosas buenas del difunto, o, al menos, es lo que mas se destaca.
Toda proporción guardada, puesto que el sexenio esté a punto de fenecer, durante su mensaje en Palacio Nacional con motivo del sexto y último informe de Gobierno, entregado días antes en el Congreso por el Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, el Presidente Felipe Calderón dio a conocer lo realizado durante su administración, donde abundaron cifras que dejaron cortos a quienes gobernaron, mínimo en los tres últimos sexenios.
Atenidos a las cifras y logros reportados en su mensaje, y reconociendo que el sexenio del Presidente Calderón se destacó por la infraestructura con que dotó al país en rubros como el de carreteras y centros hospitalarios; la estabilidad económica, sobre todo a nivel macro; respeto irrestricto a la libertad de expresión y un notable avance en la cobertura en el sector salud, menos se explica la contundente derrota que sufrió el PAN el pasado 1 de julio, pues de la cumbre pasó a ser la tercera fuerza electoral.
Ante un fracaso tan sonoro, es obvio que la percepción ciudadana contrasta o contrastó con el triunfalismo del Presidente Calderón, pues muchos de los logros anunciados nunca se reflejaron en los hogares, y, sobre todo, en los bolsillos de millones de mexicanos que vieron mermado su ingreso por la falta de empleo, y por los aumentos generalizados en los precios o tarifas de la gasolina, el gas, la luz y muchos productos de la canasta básica.
Por último, pero no menos importante, es obvio que la violencia y la inseguridad fueron otros factores que influyeron de manera determinante en el ánimo de los ciudadanos al momento de sufragar y que también contribuyeron para dar al traste con el deseo del PAN de continuar gobernando.
Castellanos
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo