“Si tiene pico de pato, nada como pato y hace cuac cuac, seguro que es un pato”.
Leyendo en los medios acerca de las manifestaciones de protesta y la irrupción de jóvenes inconformes en los mítines de Enrique Peña Nieto, que, entre paréntesis, ha pedido a quienes no comulgan con su proyecto, que lo manifiesten en las urnas, pero que respeten a sus simpatizantes, no puede uno sino pensar que en estos eventos hay gato encerrado.
Dicha percepción se ha ido robusteciendo luego de ver una entrevista en el programa de Carlos Loret de Mola, en la que tres jóvenes del movimiento #YoSoy132 señalaron, entre otras cosas, que dicho movimiento apartidista y que entre sus miembros hay simpatizantes de todos los partidos y de todos los candidatos.
Sin embargo, llama la atención que las protestas sólo las dirijan contra el abanderado tricolor, sin tomar en cuenta, por ejemplo, que muchos de los problemas y situaciones que está padeciendo nuestro país y, particularmente ellos como jóvenes, se deben a la incapacidad de los gobierno panistas, que van a cumplir doce años en el poder y no han podido.
Además, preocupa ver que en un movimiento supuestamente pacífico se están dando actitudes francamente agresivas que, al menos hasta el momento de escribir estas líneas, no han derivado en enfrentamientos de donde pueda surgir algo más grave, que, tal pareciera, es lo que buscan provocar los instigadores de este tipo de acciones, en las que son diestros, y por ello se han distinguido, cierto partido y su candidato.
Y, entonces sí, a río revuelto…
Castellanos
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo
