El Alcalde panista de Monterrey, Fernando Larrazabal, llegó prendiendo lumbre, y, a las primeras de cambio, tomó la decisión de acuartelar a todo el personal de Tránsito con el fin de someterlos a una rigurosa evaluación.
El Alcalde panista de Monterrey, Fernando Larrazabal, llegó prendiendo lumbre, y, a las primeras de cambio, tomó la decisión de acuartelar a todo el personal de Tránsito con el fin de someterlos a una rigurosa evaluación.
La idea, según anunció el edil regio, era realizar una depuración mediante la cual quedaran fuera los malos elementos.
Con ello se busca terminar con la corrupción que impera en dicha dependencia y mejorar el servicio público, haciéndolo más eficiente, debiendo decir que, de acuerdo a lo manifestado por Larrazabal, la depuración continuará en otras áreas polémicas de la Administración de Monterrey.
Por lo pronto, el Alcalde designó un Consejo Ciudadano de Tránsito, que tomará medidas pertinentes para cambiarle la cara a esta dependencia tan cuestionada.
Ojalá que los Alcaldes de otros municipios de la entidad tomaran medidas similares, o, al menos, se preocuparan por traer “cortitos” a los elementos de este departamento tan cuestionado en todos lados, empezando por los mandos.
En cuanto al alcalde regio, quien aspiró a la candidatura por la Gubernatura, es un hecho que no ha quitado, ni quitará, el dedo del renglón, y seguramente continuará realizando acciones que lo posicionen en el seno de su partido y ante la ciudadanía.
Respecto a las acciones emprendidas por Fernando Larrazabal hay varias preguntas: ¿Irán a fondo? ¿Serán permanentes? ¿Le durará el gas?. Sólo el tiempo nos dará la respuesta.