Poco antes de que el Presidente Felipe Calderón enviara al Congreso el paquete fiscal 2010 para su discusión y posterior aprobación, legisladores de la oposición criticaron la obesa estructura del Gobierno federal, exigiendo recortes que redundaran en ahorros para el erario.
Ello, luego de que anticipadamente se conociera que en el mencionado paquete el Ejecutivo proponía la creación de un nuevo impuesto y aumentos en otros con el obvio propósito de recaudar más recursos.
Al señalamiento del Congreso acerca de la obesidad del aparato gubernamental la respuesta no se hizo esperar, y de inmediato salió a la luz en el Senado, la Cámara de Diputados y en la Auditoría Superior de la Federación se gastarán el próximo año 4 mil 444 millones de pesos en servicios personales para pagar casi 6 mil plazas contratadas.
Sobre el particular, cabe mencionar que desde tiempo atrás múltiples voces ciudadanas y representantes de diversos organismos se han dejado escuchar demandando una reducción del Poder Legislativo, eliminando a todos los Senadores y Diputados plurinominales o de representación proporcional, con lo que se obtendría un sustancial ahorro.
Otro importante ahorro se lograría reduciendo drásticamente el monto de los recursos que se entregan a los partidos políticos, los cuales podrían buscar otras fuentes legales de financiamiento, y, sobre todo, realizar campañas más creativas y austeras.
Antes de pensar en crear o incrementar impuestos sería magnífico y muy positivo que se tomaran medidas como las anteriormente mencionadas. Aunque eso tal vez sea como pedirle mezquites a la anacua.