Dicen que cuando la perra es brava hasta a los de casa muerde.
A mediados del pasado mes de marzo el PRD celebró elecciones para designar al presidente del Comité Ejecutivo Nacional, proceso en el que sobresalían dos candidatos: Alejandro Encinas y Jesús Ortega.
Dicho proceso se realizó con serias dudas respecto a la limpieza del mismo, y, finalmente, el día de la elección se suscitaron problemas de diversa índole, que incluyeron robo y destrucción de urnas, quema de boletas y enfrentamiento entre partidarios de los candidatos.
Entre cuestionamientos por las múltiples irregularidades, se ha venido realizando el conteo de votos, sin que hasta el momento de escribir estas líneas se haya declarado un ganador.
Respecto a lo ocurrido el domingo de la elección, de manera inusitada, tanto Televisa como TV Azteca le dedicaron tiempo extra a los incidentes, pues en todos sus noticieros, diurno y nocturno, brindaron amplia información sobre el particular.
Fue notorio el afán de ambas televisoras en mostrar y destacar los aspectos negativos y las escaramuzas entre perredistas, cuya fama en este sentido no es muy edificante que digamos, aunque tampoco es exclusiva de ellos.
A decir de los más suspicaces, esto no es más que la continuación de la campaña que ciertos grupos de poder iniciaron a raíz de la más reciente elección presidencial, quienes, por obvias razones, aprovechan y seguirán aprovechando cuanta oportunidad se siga presentando para exhibir negativamente a los perredistas, quienes, para su mala suerte, en la fama llevan la penitencia.