En una revista donde se ventilan cuestiones relacionadas con el medio artístico, político y de la alta sociedad, misma en la que hace algunos meses apareció un reportaje sobre los Fox, se publicó recientemente una semblanza del flamante Secretario de Gobernación, Juan Pablo Mouriño.
En dicho reportaje se hacía referencia a algunos gustos y aficiones de Mouriño, de quien destacan su cercanía con el Presidente Felipe Calderón llamándolo, además, el galán del gabinete Calderonista.
En este mismo tenor, en dicha publicación también destacan el atractivo físico del priísta Peña Nieto, Gobernador del Estado de México y del perredista Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, a quienes ubican, junto con el titular de Gobernación, como probables candidatos de sus respectivos partidos a la Presidencia de la República.
De ser así, dicen, el voto femenino decidiría la contienda, tomando en cuenta que, según el INEGI, las mujeres son mayoría en nuestro país.
En vista de lo anterior, ateniéndonos a lo que señalan en el mencionado reportaje, en la siguiente elección presidencial, y en cuantas se realicen a futuro, mucho tendría que ver la galanura, el carisma y la imagen que los candidatos proyecten, lo que sería preocupante.
Y es que si a la hora de votar sólo se toman en cuenta dichos atributos, dejando de lado la experiencia, vocación de servicio, capacidad y honradez de los candidatos, el resultado podría ser decepcionante.
Una cara bonita puede ayudar, pero no lo es todo y eso está más que probado.