De acuerdo a lo declarado en diversas ocasiones por Felipe Calderón Hinojosa, dentro de la reforma electoral que el futuro Jefe del Ejecutivo Federal contempla proponer se encuentran varios puntos cuya aprobación sería muy positivo para el país.
Concretamente está lo que se refiere a la disminución del financiamiento público a los partidos políticos, así como reducir el número de integrantes de la Cámara de Diputados.
Obviamente, la reforma es mucho más amplia, pero lo señalado anteriormente significaría un beneficio directo al erario, pues se ahorrarían millones de pesos en caso de aprobarse y poner en práctica tales medidas.
En lo que respecta a reducir el número de Diputados, la medida sería muy atinada, pues, de arranque, significaría un gasto menor en sueldos y otras prestaciones, y, aunque es difícil, siendo menos tal vez hasta podrían ponerse de acuerdo más fácilmente, aunque en este sentido también entran en juego intereses, componendas y negociaciones de acuerdo a las necesidades del gobernante en turno.
Al respecto, la percepción ciudadana es que en el Congreso hacen poco y ganan mucho, amén de que se la pasan como perros y gatos, defendiendo intereses personales, partidistas o de grupo, más que los supuestos representados.
Otra cosa es que, sin importar el partido con la fracción mayoritaria, los de la oposición generalmente critican y se oponen a todo cuanto venga del Presidente y votan en contra, mientras que los correligionarios del Mandatario respaldan sus propuestas sin corregirle ni una coma (todo lo anterior también es común en Congresos locales y Ayuntamientos).
Pero no siempre es así, pues hay un punto en el que por regla general coinciden y se ponen de acuerdo sin mayor problema, y es el que tiene que ver con sueldos y prestaciones, en lo que normalmente se despachan con la cuchara grande.
Así las cosas, ojalá que estas propuestas sean bien recibidas por quienes tendrán que discutirlas y aprobarlas, esperando tengan un final feliz de acuerdo a los deseos de la ciudadanía.