Primero fue "Bailando por un sueños" y, ahora "Cantando por un sueño" los progrmas que han acaparado la atención de los televidentes, lo que se ha dejado ver en los altos niveles de audiencia registrados, aunque se tiene la percepción de que el interés ha ido decreciendo, no obstante lo cual se le sigue considerando un programa exitoso.
Independientemente de los famosos y los maestros que han formado y forman parte de cada equipo, se supone que los principales protagonistas han sido y son los soñadores, quienes participan con la esperanza de lograr el triunfo, y con ello, concretar el sueño, motivo de su incursión en dicho programa.
Valga este preámbulo para hablar de los sueños que, seguramente, son los de la mayoría de los mexicanos, y que tienen que ver con nuestro país, en el que aún persisten enormes desigualdades.
Así las cosas, soñamos con un país con suficientes fuentes de empleo, para que la gente no tenga necesidad de emigrar al extranjero, pues son miles los que lo hacen cada año y cientos los que mueren en el intento.
Los trabajadores en general sueñan con un salario realmente remunerador, tal y como lo señala la Constitución.
Se sueña con instituciones de salud debidamente equipadas y bien abastecidas de medicamentos, e igual se sueña que ya no existen los monopolios y que se combaten eficientemente la corrupción y la inseguridad.
Así mismo, soñamos con promesas convertidas en hechos, y también soñamos que bajan los precios de la luz, el gas y la gasolina.
En una palabra, soñamos con un verdadero cambio y que los que menos tienen por fin vean la suya.
Total, como soñar no cuesta nada, hay que seguir soñando, pero también debemos acudir a votar el 2 de julio, con la esperanza de que, al igual que sucede en los programas arriba mencionados, los sueños lleguen a convertirse en realidad.