Leyendo a algunos compañeros de páginas que escriben acerca de vivencias principalmente de su niñez y juventud, vinieron a mi memoria recuerdos que se remontan allá por el año 1952, cuando ingresé al primer año en la escuela primaria “Profr. Margarito Martínez Leal”.
El plantel estaba por la calle Cuauhtémoc, entre Aldama y Morelos y quedaba a dos cuadras de mi casa, que se ubicaba en la esquina norponiente de Jiménez e Iturbide, donde ahora se encuentra una florería y una escuela de tae kwon do.
En toda la manzana sólo había dos casas: La que habitaba mi familia y otra que se ubicaba una cuadra al norte, en la esquina de Jiménez y Cuauhtémoc, que aún permanece en pie.
Precisamente en la esquina norponiente de este crucero se encontraba la tienda de don Manuel Santos, a donde acudía a comprar chicles de bolita y dulces de bote.
Entre los vecinos del sector recuerdo a don Miguel Flores, cuyo domicilio se encontraba frente a mi casa, en contraesquina de la cual vivía Panchita López. También me acuerdo de don Rogelio Garza, de don Guadalupe Lozano, de don Simón Santos, de don Aarón Román, de don Francisco Villarreal y de don Guadalupe Garza.
Entre los alumnos de la escuela y compañeros de salón en mi querida escuela, cuyo director era el profesor José Martínez, recuerdo a Martín e Hilario Banda, Aarón Román, Antonio y Alicia Guadiana, Juan y Luis Valle, Encarnación Perales, Adela Hernández, Rosalinda Pérez, Juan y José Ángel Garza, Luis Sifuentes, Jesús Santos, José Francisco Treviño, Omar Chapa, Quirino Garza, Abel Chapa, Francisco Llano y Jesús Rangel Villarreal.
También formaban parte del alumnado Araceli Martínez, Juan Arturo y Armando Garza Flores, César Garza Rojas, Mario Moreno, Juventino y Fermín Reyna, Antonio Hernández Moreno, María Guadalupe Mascorro, Enrique Facundo y muchos más que se quedan en el tintero.