Indignante, sin lugar a dudas, resulta la desfachatez con la que algunos líderes sindicales o sus familiares hacen ostentación de sus bienes y riquezas.
De lo anterior han dado cuenta diversas ocasiones, como ocurrió recientemente cuando se publicaron los excesos de una hija del líder petrolero Carlos Romero Deschamps, llamada Paulina, quien, a través de las redes sociales, les presumió sus viajes por todo el mundo, sus comidas en restaurantes exclusivos, su vestuario y bolsos de marca y hasta a sus mascotas recibiendo más atenciones que un ser humano común.
Como era de esperarse, la candidata presidencial panista de inmediato hizo declaraciones reprochando los privilegios de líderes sindicales como Romero Deschamps.
Josefina Vázquez Mota, señaló que México ya no resiste más privilegios ni prebendas y aseguró que el proyecto del abanderado priísta Enrique Peña Nieto representa la continuidad de esos excesos.
Tiene razón la panista en sus reproches, pero parece olvidar que el PAN lleva casi doce años en el poder, y que tanto el líder petrolero como la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo, por mencionar dos ejemplos muy notorios, no han visto mermado su poder en todo este tiempo, y han seguido disfrutando de privilegios y prebendas a lo largo de los dos últimos sexenios.
Y qué decir de prominentes panistas como Adalberto Madero, Fernando Larrazabal, César Nava y su depa de lujo, los negocios de los hermanos Bribiesca Sahagún, durante el sexenio foxista, los excesos con la Estela de Luz, que demuestran que en todas partes se cuecen habas; sólo que los panistas, incluyendo a su candidata presidencial, se hacen de la vista gorda y lo ignoran convenencieramente.
Castellanos
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo