El Estado de México es un lugar rico en historia, cultura y tradiciones. Desde las grandes zonas y centros ceremoniales arqueológicas hasta los conventos y templos como San Agustín Acolman y Chalma. De los tianguis y mercados, de rica variedad gastronómica y territorial. En la época virreinal formó parte de la provincia de México y a partir de 1786 de la Intendencia de México, conformada por los actuales territorios del Distrito Federal, el Estado de México, Querétaro, Guerrero, Morelos e Hidalgo. En 1824 se constituyó en estado libre y soberano cuando se creó el Distrito Federal como sede de los poderes nacionales. El jefe insurgente Melchor Múzquiz fue el primer gobernador de 1824 a 1826 y 1830 a 1832 y luego Lorenzo de Zavala en 1827 y de 1832 a 1833. El primero oriundo del valle de Santa Rosa, actual Múzquiz, Coahuila y el segundo, un liberal federalista de origen yucateco que se pasó a promover la independencia y la república de Texas en 1836.
La capital estuvo en Texcoco hasta junio de 1827 cuando se trasladaron los poderes a San Agustín de las Cuevas y desde 1830 a Toluca. En una etapa tan inestable, los poderes de la Unión temían de la influencia del Estado de México. Supuestamente lo fragmentaron para formar tres nuevas entidades que llevaron los nombres de los grandes jefes de la independencia. Guerrero se separó en 1847, Morelos en 1855 e Hidalgo en 1862.
Se dice que la columna vertebral, el pilar del sistema político mexicano está en el Estado de México a través del llamado grupo Atlacomulco. Atlacomulco es un municipio situado en la región noroeste cuya raíz etimológica en náhuatl significa “lugar en los pozos de agua”. Ahí nació Isidro Fabela en 1882, un abogado y diplomático que comenzó su carrera política al amparo de Venustiano Carranza. Este grupo de poder surgió en 1940 cuando Francisco Castro Montiel reunió a un grupo de políticos con influencia regional, a los cuales les dijo que de ahí saldrían seis gobernadores y un presidente: el primero fue Isidro Fabela Alfaro entre 1942 y 1945, después de una muerte del entonces gobernador Alfredo Zárate Albarrán; Alfredo del Mazo Vélez de 1945 a 1951, Salvador Sánchez Colín entre 1951 y 1957, Carlos Hank González de 1969 a 1975, Alfredo del Mazo González de 1981 a 1986, Arturo Montiel de 1999 a 2005 y Enrique Peña Nieto de 2005 a 2011.
A la sombra de Isidro Fabela se formaron Carlos Hank González y Adolfo López Mateos. El primero de Santiago Tianguistengo, llegó a Atlacomulco supuestamente buscando la identidad paterna y el segundo procedente de Atizapán de Zaragoza. Hank no pudo ser presidente de la república por que los hijos de extranjeros no podían aspirar en ese entonces, a ser el jefe del poder ejecutivo de la nación. Del Mazo Velez buscó la presidencia en dos ocasiones y en ambas tuvo que ceder, primero ante Adolfo Ruiz Cortines y Gustavo Díaz Ordaz. Su hijo Alfredo debió hacer un madruguete cuando destaparon a Carlos Salinas de Gortari en 1988. Por su parte Arturo Montiel prefirió preparar el camino hacia su pupilo Enrique Peña Nieto ante supuestos malos manejos en la administración pública.
Isidro Fabela influyó para que López Mateos llegara a la dirección del Instituto Científico y Literario de Toluca y luego a una senaduría por el Estado de México. En 1964, López Mateos debía elegir a su sucesor tras una lista de notables en donde figuraban Alfredo del Mazo de Recursos Hidráulicos, Raúl Salinas Lozano de Economía, Antonio Ortiz Mena de Hacienda y Gustavo Díaz Ordaz de Gobernación. Quedó éste último y comenzó la limpia de los competidores, entre los que también fue afectado Carlos Madrazo.
No obstante, surgieron lazos familiares entre algunos de ellos: Antonio Ortiz Mena hizo esposa a una familiar de Salinas Lozano, quien promovió a Roberto González Barrera, quien emparentó con los Hank cuando una hija suya se casó con uno de los hijos de Hank González; quien a la muerte de Carlos Madrazo, Hank González se quedó como mentor político de Roberto Madrazo Pintado quien fue candidato a la presidencia en el 2006. En el 2001 falleció don Carlos Hank González, quien supuestamente encargó a Montiel cuidar la integridad del territorio estatal, evitar que el agua se vaya a la ciudad de México y la unidad política del grupo.
En la historia política del Estado de México, han sobresalido grupos de poder como el llamado grupo gomista al cual pertenecieron los exgobernadores Abundio Gómez entre 1920 y 1921 y Filiberto Gómez gobernador entre 1929 y 1933. En oposición a la dinastía de Atlacomulco, existe el llamado grupo Toluca en el cual figuran Mario Ramón Beteta (1987- 1989), Ignacio Pichardo Pagaza (1989-1993), Emilio Chuayffett Chemor (1993- 1995) y César Camacho Quiroz (1995-1999).
Para muchos, la existencia del grupo Atlacomulco es un invento. Lo cual se demuestra en las fracturas y desgastes sufridos en su seno: cuando Alfredo del Mazo quiso desviar la atención en la elección de Carlos Salinas de Gortari, quien después tuvo una pugna con Emilio Chuayffet. Recientemente cuando Enrique Peña Nieto debió elegir entre Alfredo del Mazo Maza y Eruviel Avila como candidatos a la gobernatura del estado. Ahora el centro del poder gira en torno a Texcoco, Cuautitlán y Ecatepec y desplazó al antiguo eje Toluca-Atlacomulco. Lo cierto es que Peña Nieto se halla ante la oportunidad de su vida, llegar a la presidencia y hacer cumplir la profecía esperada o ceder la primera magistratura ante quien el electorado decida.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina