El padre de Clarita Don Roberto Martin que tenía conocimientos de medicina, ejerce ésta para hacerse vivir en la Villa de Santiago de Sabinas Hidalgo.
El gobierno de Estados Unidos le escribe pidiéndole pase a reclamar sus propiedades en ese país, pero él prefiere vivir en la pobreza en México antes que someterse a la derrota; nunca aceptó la abolición de la esclavitud.
En esta forma transcurre el tiempo convirtiéndose Clarita en una adolescente muy hermosa, enamorada locamente del joven Manuel García Mireles, quien la debe haber enamorado con su música y su canto, pues contrae nupcias a la edad de doce años para liberarse del yugo de Luisa, el ama de llaves que se convirtiera en la amante de su padre, razón por la cual en el pueblo al referirse a ella le decían “La Madama”.
Mi amigo el maestro y Cronista Francisco J. Montemayor, el más grande admirador de Don Manuel M. García en su magna obra “Sabinas Hidalgo en la Tradición Leyenda Historia” en la parte final Cap. II, Pág. 205 (La Forja del Destino) dedicado a Don Manuel nos da una cátedra de lo que es ser Cronista e Historiador, en su descripción de la vivienda de Don Manuel que dice: “En la esquina suroeste de la calle Mina y Matamoros de Sabinas Hidalgo, se levanta una humilde vivienda techo de pita, piso de tierra, paredes de adobe sin enjarrar, banquetas hechas por manos inexpertas en esos menesteres, solar cercado con ramas; todas estas características denotaban la humildad de quienes la habitaban”.
Fue allí donde Manuel García Mireles y Clara Martin de García procrearon 7 hijos, 5 varones y 2 mujeres: Manuel María García Martin, (que nació el 15 de agosto de 1870) María, Modesto, José Jesús, Arturo y Francis, estos dos últimos gemelos.
Así como este ejemplo, en lo futuro me tomaré la libertad de hacer referencia de algunos fragmentos de la Obra Literaria del Profesor Francisco J. Montemayor para agregarlos en esta biografía.
En esta humilde vivienda nació Manuel M. García.