De la pluma sale el lenguaje del
alma. Así serán estos escritos.
función de lo que en ellos
engendraron.
Es una regla vital para cada cronista, que al querer hacer apuntes de algún evento o de un personaje, primero pesar las cargas de la información. Si lo que vas a exponer “valga la pena”, que sea del interés general. Todo esto para mantener atento al lector, y con esto regalarle una buena lectura.
Tengo pendiente una crónica, desde hace ya varios años. Tal vez debió de haber sido el tercer o cuarto año de este milenio (SXXI), cuando a la puerta de la casa, se paro una persona de complexión robusta que a contra-luz, no podía distinguir su cara, veía que se asomaba por la puerta, intentaba caminar y se regresaba, al ver su movimientos, decidí salir a abordarlo.
Tú eres el que escribe en La Prensa y en Semana….me preguntó.
Si le conteste… ah bueno, y se presentó, me dio su nombre. Extendiéndome la mano… para saludarnos, nos dimos un apretón de mano… comenzamos a platicar… tanta y tan larga fue la plática, que regresó dos o tres veces a casa. Su objetivo, aunque nunca me lo dijo directamente, era que le hiciera una crónica a su persona. Me trataba de indicar, de que el llevó una niñez difícil, de carencias, de necesidades, por la falta de apoyos. Mas la falta de un padre, que murió cuando el tenia 15 años. Como quiera, ya para esas fechas, el ya desde los diez años, trabaja. Ayuda a los comercios… instalando uno propio. Ayuda a hacer el pan de Sr. Reyes Lucio, desde las cinco de la mañana, era 1945, era la época en la que el presidente municipal era el Sr. Encarnación (Chon) González… me dice, luego hice labor en una carpintería a aflojar clavos, acá Pedro Santos. Las fraguas eran comunes en el pueblo, para herrar a los caballos… bueno yo le ayude al Sr. Jesús Espinoza a darle vuelta al ventilador, para mantener aireado el fogón.
A la muerte del padre, las cosas se agravan. Sale del Pueblo. Se va con un su tío. Entrega limones en comercios de la Villa de Guadalupe. Su espíritu aventurero lo lleva a San Pedro Ocampo Zacatecas, donde vive de la venta de bote de agua, a 15 centavos el bote. Habiendo estudiado por correspondencia la carrera de radiotécnico, trata de ejercerla, volviendo al pueblo
Tal vez uno de sus aciertos más efectivo, fue la de enfilar sus negocios, a la venta de muebles del hogar, luego le surgen “los impulsos internos espirituales” de su abuelo paterno, en desdoblar el pueblo, de hacerlo crecer. Su abuelo se lo fijó hacia el norte hacia el Alto Sabinas, allá a principio del siglo veinte, S(XX). Este su nieto se propuso engrandecerlo hacia el Oriente. El afán de él, al igual que el de este su abuelo, era ver crecer a Sabinas Hidalgo.
Soplaron aires de cambio.
Que es lo que se oye en el Pueblo? Están abriendo calles más allá del atajo…como?…
Si hay maquinas que rompen las tierras, donde eran labores y veredas…
Las quitan, hacen calles. Hasta donde están llegando? hasta la segunda compuerta.
Con Música de la Burrita, salían los carros de sonido a anunciar.
Vamos a vivir a la Colonia, Donde se está mucho mejor….
Un Mercado, hay camiones que te llevan, un escuela..
Todo en menos de “un lustro” se cambió…
Es que este hombre, es de los pocos privilegiados a los que los escritores del pueblo, le han dedicado artículos. Esto que pretende ser una humilde crónica, no es lo que el merece. Tal vez le prepare algo más digno. Tal vez se lo haga…la otra semana, o el próximo mes o a lo mejor el próximo año…un día de estos, que al cabo “Hay más tiempo que vida” y él, el ya forjó su gloria y su espíritu en grande. A lo cual debiéramos de honrarlo en vida. A este buen Sabinense
Pablo de los Santos Garza