En toda actividad humana siempre se cometen errores, unos involuntarios y otros por falta de capacidad para asimilar conocimiento; todos aquellos que pretendemos poner en un escrito ideas propias o ajenas, al desglosarlas podemos cometer desvaríos que acarrean dificultades.
Cuando cerca de nosotros hay una persona que nos advierte de la equivocación podemos evitar el dislate, de lo contrario seguiremos la ruta inadecuada y posiblemente causemos una molestia, que si es mayúscula, puede lastimar; lo único que nos queda para evitar desvíos es: acudir a las personas que conocen de ciertos acontecimientos para que nos orienten sobre el particular y así deslizar nuestras expresiones por la vía mas adecuada.
Nadie es infalible, nuestra condición humana propicia las buenas y las malas decisiones; si queremos que nuestro tránsito por esta vida sea tranquilo y fructífero, debemos de apoyarnos en la experiencia de los que conocen y tienen la sabiduría conveniente para orientarnos y señalarnos el camino donde la luz brilla con mayor intensidad, así daremos pasos firmes y nuestra ruta se prolongará hasta el horizonte deseado.
SANTOS NOÉ
Cronista de la ciudad y miembro de la AESH
