Hoy la Real Academia Española va a eliminar algunas letras de nuestro alfabeto.
Aquel tiempo en que usted y yo aprendimos la “a” de ala, la “e” de elote, la “i” de indio, la “o” de oso, la “u” de uva, la “c” de casa, la “g” de gato, la “k” de kepis, la “m” de mamá, la “s” de sal, la “v” de vaca, la “b” de burro y todas las letras acompañadas por bonitos dibujos hechos por nuestros maestros.
Nos enseñaban la gramática castellana, definiéndola como “el arte de hablar y escribir bien el idioma castellano”.
En una clase de gramática en tercer año el maestro nos enseñó lo que era una carta y cómo redactarla; la definía diciendo: “Carta es una comunicación por escrito entre dos personas ausentes”, nos decía también: “Las partes de una carta son: Lugar y fecha, nombre y dirección de la persona a quien se le escribe, saludo, texto, despedida y firma”. Después nos enseñaba una carta que le habían enviado, con el sobre, la estampilla; el lugar donde se podía comprar el sobre y el papel especial para escribir la comunicación, dónde adquirir la estampilla y lo que era el buzón; y como tarea había que llevar escrita una carta y sin errores de ortografía.
Hoy tal vez ya no se escriban cartas, hoy están los vertiginosos correos electrónicos; mas no importa, felicitemos a los señores carteros este doce de noviembre.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.
Garza Inocencio
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo