Ante la encrucijada que se les presenta, los Maestros están indecisos no encuentran que camino tomar; por un lado existe el famoso Reglamento que rige los trabajos de la Escuela y por otra la participación de los Padres de Familia y los Derechos Humanos.
Ante la encrucijada que se les presenta, los Maestros están indecisos no encuentran que camino tomar; por un lado existe el famoso Reglamento que rige los trabajos de la Escuela y por otra la participación de los Padres de Familia y los Derechos Humanos.
Los Directivos se muestran inflexibles y según ellos: no deben salirse de las normas que el Reglamento les señala para conducir la escuela bajo su responsabilidad; por la otra los Padres invocan derechos inalienables que el niño tiene para aprender y desarrollarse físicamente, practicando deportes y haciendo actividades físicas dentro del horario escolar. ¡Cuando esto no sucede!, los padres buscan alternativas en Instituciones Oficiales que se dedican a promover el deporte. Pero ¿Qué pasa cuando el alumno tiene necesidad de faltar algunos días a su actividad escolar, porque se ha ganado el derecho de representar a su Estado en una justa Olímpica Nacional?; los Directivos le niegan el permiso por que no es una actividad de la Escuela; los Directivos del Instituto del Deporte solicitan autorización para que asista al evento, pues ya está registrado como competidor del Estado de Nuevo León; la Dirección de la Escuela se niega a otorgar el permiso; los Padres asumen la responsabilidad y lo dejan asistir porque se ha esforzado mucho y tiene la obligación moral de defender a su Estado.
El alumno va y compite (En la Olimpiada Nacional celebrada en Guadalajara, Jalisco) pone todo su empeño y gana: DOS medallas de Plata y UNA de Bronce; los Directivos Deportivos sus amigos y familiares muy contentos y felices lo reciben con porras abrazos y besos.
Pero ¡OH cruel realidad! Al llegar a la Escuela los Directivos y Maestros lo reciben con la noticia de que están suspendidos sus derechos como alumno, que no le darán tareas y no presentará los exámenes correspondientes; porque la actividad que realizó no estuvo organizada por la Escuela. Ese es el premio que merece por ser un buen hijo, por ser un modelo de comportamiento y por no dedicarse a vagar en las calles de su colonia.
Y los Derechos Humanos de esa criatura ¿Dónde quedaron? ¡Acaso sólo tienen derechos humanos, los delincuentes y los maldosos! Para los Directivos de la escuela no existen esos derechos, sólo los hay para aquellos que gritan y amenazan.
¿Qué camino debe tomarse para que la sociedad se reencauce y vuelva a ser humana, participativa y generosa? ¡El que señalan las Autoridades Educativas, el de los Derechos Humanos o el de los Padres de Familia!
SANTOS NOÉ
Cronista de la Ciudad