Recuerdo mi niñez en la escuela primaria, recuerdo a mis maestros y a mis condiscípulos, también tengo presente que no había "textos gratuitos", con sacrificios nuestros padres nos compraban una "libreta patriota", un lápiz y un libro para leer.
En segundo año el libro se llamaba "Poco a Poco" y en la primera lección hablaba del lenguaje de los animales y decía: el perro ladra, el gato maulla, el pájaro canta, la paloma arrulla, el cuervo eracita, etc. Los animales tienen un lenguaje para comunicarse, el hombre como ser privilegiado en la escala superior tiene la exclusividad de hablar y pensar. Por ello debemos darnos cuenta que la palabra es el origen de la comunicación.
La palabra debe iniciar, debe dirigir, debe enseñar, debe documentar, debe perfeccionar y elevar, sin embargo, en multitud de ocasiones la palabra al ser falsa, malinterpreta, desvía y denigra.
Pero así está el mundo y éstas son "Nuestras Cosas".
Hasta la próxima.