Como cada 20 de noviembre, nuestro pueblo se viste de gala para conmemorar un aniversario más de una de las celebraciones cívicas más importantes de nuestro país: La Revolución Mexicana y es una costumbre ya arraigada desde hace tiempo celebrar esta fecha cívica con un magno desfile.
Como cada 20 de noviembre, nuestro pueblo se viste de gala para conmemorar un aniversario más de una de las celebraciones cívicas más importantes de nuestro país: La Revolución Mexicana y es una costumbre ya arraigada desde hace tiempo celebrar esta fecha cívica con un magno desfile.
Todas las escuelas participantes de todos los niveles educativos se esfuerzan al máximo para desempeñar un digno papel; es común ver a pequeñitos vestidos de héroes revolucionarios, graciosas niñas representando a las Adelitas y numerosos contingentes presentando llamativos cuadros artísticos; pero sin duda, uno de los números más esperados es el de la Normal Pablo Livas.
Corría el año de 1988 (por cierto, mi primer año en la Normal), el profesor Gilberto Guzmán Santana (Q.E.P.D.), era el encargado de preparar el numeroso contingente de la escuela: los futuros maestros.
En esta ocasión preparó una tabla gimnástica, en la cual debíamos ejecutar al ritmo de canciones mexicanas, en la que por cierto, llevábamos en las manos unos soles hechos de carrizo, que eran una especie de ruedas enormes con un diámetro aproximado de 50 centímetros y con cinco o seis carrizos que simulaban los rayos del sol, puedo decir que hasta parecían piñatas.
Al estar ensayando nos enorgullecían las palabras que constantemente nos decía el profesor: La tabla esta quedando muy bien, los soles se ven hermosos, sin duda ustedes serán uno de los mejores y más esperados números de ese día.
Era tanto lo que el profe Gilberto se sentía satisfecho con la tabla gimnástica que armó, que no previno que el tamaño de los soles era exagerado, sólo pensaba en cómo el contingente de la Normal se iba a lucir y de hecho así fue a pesar de los carrizazos que recibieron muchos sabinenses que en ese día acudieron felices a ver el magno evento, ya que ocupábamos gran parte de la calle y sin que fuera nuestra intención, alcanzaban a golpear a la gente que se encontraba a nuestro alrededor.
Estoy seguro que a la gente le gustó mucho el número que presentamos, lo que no disfrutaron obviamente fueron los golpes que con nuestros vistosos soles le propinamos a buena cantidad de gente.
Profra. Véronica Hernández Zapata
XL Generación
19881992
5º Generación de Lic. en Educación Primaria