Cuando se inicio la construcción de la Carretera Nacional , por las orillas del pueblo, en 1926, esta condición estaba prácticamente jalando hacia un lado el centro de la ciudad, hacia uno de sus lados, hacia el oriente, por motivos socio-económicos, los habitantes comenzaron a habitar todas las orillas o colindancias que estuvieran junto a la Gran Vía. Era algo similar como cuando en el siglo pasados la de estar avecinando con las acequias que cruzaban el poblado.
Cuando se inicio la construcción de la Carretera Nacional , por las orillas del pueblo, en 1926, esta condición estaba prácticamente jalando hacia un lado el centro de la ciudad, hacia uno de sus lados, hacia el oriente, por motivos socio-económicos, los habitantes comenzaron a habitar todas las orillas o colindancias que estuvieran junto a la Gran Vía. Era algo similar como cuando en el siglo pasados la de estar avecinando con las acequias que cruzaban el poblado.
Luego este nuevo centro de Sabinas reclamó su plaza. Así nació la plaza nueva (1945) o la placita o bien como oficialmente se le bautizó la plaza Venustiano Carranza en honor a nuestro héroe. El varón de Cuatro Ciénagas. La escuela vecina de esta plaza del mismo nombre ya existía, pues esta había sido fundada en 1939. La primera escuela federal en el pueblo. Lejos del centro. En un principio carecía de nombre dicha escuela, solo se le llamaba la escuela de la carretera o la escuela federal y luego se intentó ponerle el nombre del gobernador que la inauguró D. Bonifacio Salinas L. Pero al final vino quedando y ya mucho después de que estuviera la placita con el mismo nombre Esc. Venustiano Carranza.
Los movimientos agrarios de finales de los años veintes y los treinta motiva también a fundar su propio local y este es inaugurado frente a la citada plaza allá por los años 1948 en el cruce de las calles de B. Reyes y Bravo el cual toma el nombre de ese aguerrido líder, me refiero a don Eulogio Reyes.
Ya con este entorno permítame amable lector relatarle algunas de nuestras vivencias. Fue ahí en los patios de la Agraria por el lado sur y junto a la noria, a la sombras de unos grandes cubre vientos que jugábamos al Shanghái un extraño juego, que no se si las nuevas generaciones las practiquen. Pareciendo al beis, usando como bat un palo de escoba y de pelota, un palo mas corto. Esto por junio de 1961. En plenas vacaciones grandes .Luego empezábamos a notar, que detrás de la Agraria nos estaban quitando los mezquites del despoblado más ¡oh sorpresa! Abrieron unas grandes zanjas de entre 3 y 4 metros de profundidad por un metro de ancho la cimentación de la iglesia de Guadalupe comenzaba a iniciarse. Por meses la pasamos disfrutando de aquellos laberintos intercomunicados entre sí además de que con una profundidad de hasta cuatro metros, resultaba apasionante correr por todas estas zanjas imaginando y jugando, como unas experiencias inolvidables de niño. El pensar de que te quitaban la escalera por donde te habías bajado, te causaba una cierta angustia luego corriendo y viendo hacia el cielo unas veces nublado otras veces viendo aquel cielo azuloso ¡inolvidable!
Permítame aquí amables lectores, redactarles la clase de amigos que me acompañaban en estas correrías. Primero por citar al tal vez uno de los Sabinenses con mas alto grado de estudio pues al pasar Licenciatura en Ingeniería Agrónoma procedió a la maestría para luego registrar el Doctorado en Economía en los U.S.A. me refiero al Dr. Ramón Guajardo Q., a el Lic. y Prof. autor de innumerables libros Héctor J. Treviño V. los tres hijos del escritor Prof. Martínez Áreas () (Ricardo, Héctor Elio y Dante)en la actualidad todos maestros, el hijo de Don Casimiro Gzz. S.() el Prof. José González G. el mal logrado Federico Morales C y también su humilde servidor, pero al hacer un recuerdo de todas estas personas veo que vivimos en un pueblo donde existen demasiadas personas dedicadas de una forma u otra el impulso de la educación y la cultura y así elevar el prestigio de nuestra terruño.
Después de ya tanto jugar salíamos y nos sentábamos a descansar sobre aquellas grandes lomas y no sé si por instinto o por cosas de la obra, pero la máxima o más grande lomas, la encontrábamos justo donde se encuentra actualmente el altar. Ahí arriba de ellas nos poníamos a reposar y a meditar. Este lugar que hoy día es sagrado para el pueblo católico.
¿Qué pasaría si te quedaras abajo y nadie te pudiera sacar?
¿Que podrías comer?
Pues comes sanguijuelas, cucarachas, o tacascuanes lo que encuentres.
Total aquello era como un muro de lamentos o un sitio de clamores o un altar de soluciones. Como un presagio de que a este mismo lugar, llegaría gente a arrodillarse. Ahora ya con casi medio siglo de haberse iniciado su construcción, éste que es el templo más grande jamás construido en nuestra ciudad.
¿Cuántas historias no habrá visto ese altar?
¿Cuantos clamores por pedir al creador el pan diario, las buenas relaciones con la familia? pero sobre todo por la salud tuya y la de los que te acompañan.
Relata el viejo cronista del pueblo, que allá por 1903, ya se pretendía hacer un templo por estos rumbos. El cita las calles de Bravo y B. Reyes. Así es que desde principios del siglo XX, ya se soñaba con una obra de esta naturaleza. El templo inicio su construcción, el primero de julio de 1961 y aun no ha terminado. Los templos, suelen durar mucho es su construcción. Sobre todo por construirse mediante donaciones y limosnas. El proyecto lo inicio el padre Pedro Morales Mondragon y la obra fue dirigida por el Arquitecto Fidencio Ruiz G.
El pueblo en general y la comunidad Cristiana a contribuido a la construcción del templo. Destacado ente otros la Asociación hijos de María, el Sr. Manuel M González, y las Sras. Josefina González de G., Virginia Ayala de la G., Amparo de los Santos entre otros.
La primera misa hacia 1966. En 1972 estuvo cerrado San José por reestructuraciones, solo se ofrecían misas en Guadalupe, Algunos nombres de Padres que continuaron la obra: Adolfo Lugo (vicario) Alfonso Cortes C, Patricio Gómez Junco, Ramiro de los Santos, Jesús Salazar A, Eduardo Patiño, Héctor Viejo Míreles, Lázaro Meza G. (actual).
Mayo 2002