Erase una vez una escuela que surgió antes de que naciera y que moriría antes de que feneciera. Si es que las escuelas nacen y mueren.
Al Profr. Eugenio A. Solís (19001984)
Fundador de la Escuela Pablo Livas.
Erase una vez una escuela que surgió antes de que naciera y que moriría antes de que feneciera. Si es que las escuelas nacen y mueren.
Erase una escuela en el principio de la verdad y en la meta del hombre. En la suma del conocimiento del bien y del amor.
Erase una escuela que surgió en 1948, de cualquier era, de cualquier lugar. Lo mismo en Atenas que en Roma, que en Babilonia, en Tenochtitlán o en Uxmal, o en Sabinas Hidalgo, hoy o mañana. La Escuela surgió en un valle que tenía como contorno la grandeza de sus montañas y como horizonte la imaginación sin límite de sus moradores.
Erase una escuela que, como todas las escuelas que trascienden en la historia y que nos trasciende a nosotros, su grandeza no se define por sus paredes ni por sus techos, sino por la fuerza de los espíritus que le crean y las mantienen. Las paredes y los techos se derrumban cuando se diluyen en la nada. Sólo la nada mata a los espíritus. Las paredes y los techos perduran por los siglos cuando los espíritus, por su propia grandeza, salen de su tiempo rebasando su presente y se van al mañana de siempre. Sólo la grandeza del quehacer trasciende las cosas.
Erase así una escuela que surgió sin local, sin bancas, sin libros y casi sin alumnos. Surgió por la acción de un hombre, solo, con su verdad. Surgió para tener muchos locales, muchas bancas, muchos libros, muchos alumnos. Se mantuvo por la acción de ese hombre y de quienes le siguieron. Con el tiempo, las generaciones que de ahí emanaron, defendieron la idea, que es la escuela y el principio que es el hombre por muchos lugares más allá del valle.
Erase entonces que la escuela aquella se quedaba sola, donde mismo, pero se iba a su vez donde estaban todos. Pues sucedió que la escuela es voluntad de transformarse a sí misma. A veces se desconoce el porqué y el hombre pierde el rumbo. A veces, conociendo el porqué, el hombre toma su rumbo.
En fin, que la escuela con el tiempo es cada quien en una mismo.
Erase entonces que llegó el día en que uno se ve frente a su propia escuela con el tiempo y la distancia todo aquí dentro en el corazón
Erase entonces que llegó el día de acudir a la escuela que nos formó para educar. Para dialogar con los recios espíritus que la formaron, pero sobre todo, para buscar el espíritu aquel que ahí dejamos de jóvenes con los primeros meditamos con el segundo nos confrontamos pues se me olvida decir que el espíritu de la vida con el que cada quien se ve, tiene su original y su copia. El original se queda en la Escuela, la copia es la que vamos calcando sobre nosotros mismos de la vida, a veces maltrechamente, irreconocible, a veces con trazos de autenticidad igual o mejor que en el original.
Erase entonces que nos tenemos que ver con el original que fuimos, para saber lo auténtico que hoy somos.
Erase que hoy es el día, 29 de noviembre. ¡Adelante, Normal Pablo Livas de Sabinas Hidalgo!.
22 de noviembre de 1985.