Usted también lo ha de recordar, un sacerdote montado en un brioso corcel, cabalgando por las calles del pueblo.
Un hombre religioso jugando beisbol con la chiquillada allá por la Calle de Piedra. Un hombre solidario con los desvalidos, para quienes creó un Dispensario donde las consultas y los medicamentos eran gratuitos. Un deportista que formó un pequeño gimnasio con pesas, perillas y ring. Un hombre culto que se preocupó por el establecimiento de una Biblioteca.
El Padre Pedro para unos, el Padre Morales para otros, nació un mes de mayo de mil novecientos veinte en Tlalpujahua, municipio de Michoacán, sus padres fueron Don Simón Morales y Doña Cleotilde Mondragón; en su peregrinar religioso estuvo en muchas partes y en cada uno de esos lugares, logró la identidad con sus múltiples feligreses; los que conocieron de cerca su vida señalan que estuvo en la ciudad de Monterrey en las iglesias de La Trinidad y Cristo Rey, después se traslada a la Parroquia del municipio de Marín, N. L. y allá por el año de mil novecientos cincuenta y dos llega a Sabinas Hidalgo y se hace cargo de la Parroquia San José.
El Padre Morales inicia en el pueblo un ambicioso proyecto junto con la grey católica del pueblo; la construcción de un nuevo templo, que se erigía a la Patrona de México: la Virgen de Guadalupe.
Allá por el año de mil novecientos setenta y seis se va del pueblo para continuar su ministro a otros lares. Y a fines de mil novecientos ochenta y cinco ya retirado regresa al pueblo que adoptó como suyo.
El Pbro. Pedro Morales Mondragón fallece un seis de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro.