Hoy en ese lugar está un importante Centro Comercial, ubicado por la Carretera Nacional, rumbo a la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Ayer ese era un lugar baldío de muchos metros cuadrados, que era utilizado para la presentación de grandes espectáculos, antes de la primer función desfilaban por las calles del pueblo: los payasos y los malabaristas, también los leones, los tigres, las panteras, encerrados todos ellos en enormes jaulas tiradas por briosos caballos, todos corrían a la calle a ver el desfile, circense y rápidamente después de haberlo visto, regresábamos a la casa con la “nueva” ¡llegó el circo! ¡llegó el circo!
La economía en aquella época para la gran mayoría era difícil; pero a fuerza de insistencia y tal vez de llantos se conseguía el permiso y el dinero para ir al circo. Paso el tiempo y después eramos nosotros los que llevábamos a nuestros hijos al circo, si así lo recordamos y tal vez en la mente de usted amigo lector estén presenten las vivencias de aquel circo ubicado por la Carretera Nacional al oriente, casi frente a la Gasolinera “Ancira”.
Era un circo español, todos los artistas era muy jóvenes y del viejo continente;por un lado la publicidad y por el otro la calidad de los que participaban, hizo que hubiese un lleno completo.
Eran las nueve de la noche en punto y la función comenzaba con exactitud, se escuchaban gritos, hay desorden, hay caos, el maestro de ceremonias pide tranquilidad y pocos segundos después pide al público que abandone el lugar, la luz eléctrica “se va” y en la más completa oscuridad empiezan a caer los postes que sostenían la carpa; hubo heridos y fracturados y el “Circo de los Muchachos” no dio su función en Sabinas.
Pero así está el mundo y éstas son ”Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.