Hablábamos de la cuchara de madera con la que nos vendían la manteca vegetal, en ocasiones no era ni cuchara, sino un pedazo de tabla que por el uso tomaba un color caoba, con ella nos despachaban cincuenta centavos de manteca en un papel llamado papel-plomo.
El azúcar o la sal nos la vendían en “cucuruchos” es decir uno de los conos hechos de papel-plomo; el azúcar y la sal eran pesados en una “romana” que en la parte tenía un enorme “cucharón”.
En aquel ayer nos gustaba que nuestros padres nos mandaran a traer cosas del “tendajo” y nos decían anda y me traes “esto” y les pides pilón.
El pilón era un dulce o un chicle de bolita, de aquellos pequeños chicles de muy variados colores y sabores, el pilón era obsequiado por el dueño de la tienda o el tendajo por el hecho de haber ido a comprar, los tendajos de antaño, hoy la tiendita de la esquina o el minisuper.
Las tiendas más grandes más grandes en aquella época tenían unos enormes mostradores de madera y grandes y muy bien surtidos casilleros, los mostradores muchos de ellos pintados de color celeste por cortesía de los cigarros “Argentinos”, también se vendían en aquélla época los cigarros “Rialtos” y los “Faros” y para la gente de más edad los famosos “Carmencita”.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.