Se encontraban en una mesa de celebración cuatro amigos: un militar, un usurero, un poeta y un pintor; al calor de las copas aparece la tradicional discusión, el tema era hablar de los grandes hombres; el militar propuso un brindis por el primer hombre del mundo Alejandro Magno.
Protesta el usurero y dice el primer hombre fue Malthus; el poeta inconforme dijo: el primer hombre fue Cervantes y el pintor con una cara de pocos amigos dice ¡Mienten! El primer hombre fue Miguel Ángel.
El mesero que los contemplaba pacientemente, pensó ¡pobre gente! No saben que el primer hombre fue Adán.
Quizás todos tenían razón, porque la verdad pertenece a todos; la verdad no es patrimonio exclusivo de alguien.
En esta vida nada es verdad o es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.