Hoy la vida nos sonríe más y decimos que nos sonríe más porque la vida se ha alargado.
Antes alguien decía: y el niño de la comadre ¿de qué murió? Y la respuesta era “de un cólico”; el mencionado cólico no era otra cosa más que apendicitis.
Hoy las intervenciones quirúrgicas salvan muchas vidas.
Con la aparición de las vacunas el índice de mortalidad infantil ha disminuido enormemente.
Hoy se han prolongado años a nuestra vida con los adelantos de la medicina, las pláticas sobre higiene y alimentación y la llegada de hospitales y clínicas a zonas muy apartadas.
Hoy las Instituciones del Sector Salud han alargado el promedio de vida, con sus campañas de vacunación, educación para la salud, higiene, asesoramiento y prevención.
Hoy la vida se ha alargado y ante los problemas que se presentan por las diferencias generacionales, debemos aceptarnos nosotros mismo para lograr que los demás nos acepten; porque envejecer no tiene por qué ser monotonía, aburrimiento o tristeza.
Envejecer debe ser un estado de plenitud, de actividad y de entusiasmo.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.