Analizaremos en esta ocasión dos documentos que nos hablan de las actitudes de los primeros años del siglo XIX.
El primero de ellos data del año de 1823 y es una de las manifestaciones más antiguas de la existencia de una escuela organizada en el entonces Real de Santiago de las Sabinas, el texto dice lo siguiente: “En el Real de Santiago de las Sabinas comprensión del Nuevo Reyno de León ante mí Don Leonardo Flores, Alcalde Constitucional de él y su comprensión pareció presente en este mi Juzgado Don José María Rodríguez de esta vecindad y dijo que por el presente se obliga a ser maestro de primeras letras en este Real de Sabinas a lo menos por el presente año con tal que se le pasen mensualmente diez pesos y cuatro reales, comprometiéndose a desempeñar su Ministerio con honor, conducta buena y circunstancias que hacen acreedor a obtenerlo según Constitución, leyes promulgadas y buenas costumbres, cumpliendo puntual y exactamente con lo que la seperioridad prevenga para la instrucción y educación de los jóvenes que están a su cargo, obligándose a la enseñanza de cuantos niños le presenten los vecinos de este suelo, pues los que se transporten de otro domicilio y aún los de las haciendas y ranchos del Distrito que no tengan para esta época su residencia aquí, la pagarán por sus hijos como es costumbre y se sujeta sumisamente a las acertadas disposiciones del señor Regidor designado a cuidar y velar de su cumplimiento respecto a la educación de los niños que ocurran a la escuela y para que cumpliera lo expersado y obligado por el presente firmó conmigo y el Secretario para su constancia en 1 de enero de 1823. José Leonardo Flores, José Rodríguez, José Eleuterio Gómez (rúbicas).
Indudablemente que la educación en esta época se encontró con inifidad de obstáculos que obligan a los hombres que se preocupaban de este renglón a interrumpir constantemente el ciclo de clases; de 1824, por ejemplo, un año después del anterior nombramiento, no aparecen el informe al respecto que debía ser enviado a Monterrey, y si se encuentra un oficio del Gobierno del Estado, solicitando dicho dato educativo, a lo que se contesta: “No existe escuela por el gran problema “. De 1826 y 1827 existen algunos vestigios de que operaba, de más o menos manera, un escuelita donde algún sabinsense visionario (no se ha encontrado su nombre) trataba de transmitir el “A B C” y pretendía sacar de la ignorancia a todos aquellos pequeñines que tenían la fortuna de estar en la escuela.
En 1838 otro alcalde preocupado por la educación de sus compatriotas establece una Escuela de Primeras Letras y nombra como su responsable al C. Manuel Lozano, textualmente dice lo siguiente:
“En la Villa de Sabinas Hidalgo del Despartamento de Nuevo León, a los diez y ocho días del mes de agosto de 1838, yo el C. José Ma. Espinosa, Juez de Paz de la referidad Villa y su jurisdicción, siendo una de las atribucuiones al destino que ejerzo el cuidar de la ilustración del pueblo que más obedece debo promover la buena educación de la juventud, estableciendo una Escuela de Primeras Letras, velando sobre su conservación, régimen y buen orden, para la instrucción pública de este Distrito. Por tanto y atendiendo a repetidas órdenes que tengo del señor Sub-Prefecto para el indicado objeto, he venido en nombrar y nombro al C, Manuel Lozano de este origen y vecindad para el fin propuesto, Preceptor de primeras letras, a quien se le hará notorio y presente siendo, se le notificó e hizo saber, y entiendo dijo: Que aceptaba y acepto el nombrambiento y que siendo un hombre pobre pedía se le ayudase siquiera con cinco pesos mensuales…”. Era así, con grandes contratiempos, obstáculos y problemas, como se desarrollaba la educación a principios del siglo pasado en el entonces Real de Santiago de las Sabinas, pero vaya nuestro reconocimiento para todo aquellos hombres que con su visión futurista, distinguían en el horizonte la grandeza que a un pueblo le proporciona la educación.
Porfr. Santiago A. Vara Jiménez.
Aportaciòn del “Consejo de la Cultura y la Historia Sabinas Hidalgo”.
Captura: Erika Arizpe Serrano.