Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño Villarreal

Sabinerías

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Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño VillarrealLos duendes

El duende es un ser imaginario que tuvo su origen en la cultura nórdica, generalmente se le describe como un hombrecillo diminuto, gracioso, en ocasiones feo y deforme. La fantasía les ha dado la característica de prestar generosa ayuda a los humanos pero "pueden enojarse fácilmente y entonces tratan de vengarse".

Deambulan en la cocina, closets, chimeneas o en algún rincón de la casa; se les representa con una blusa colorada y gorro del mismo color terminado en punta; son invisibles y sólo aparecen por la noche cuando todos duermen.

Si nos remitimos a la etimología de la palabra duende, ésta proviene de "domitus" que equivale a domado, manso y bueno; en la mitología escandinava equivale a genio doméstico.

En México, la tradición folclórica del duende se puede situar con la llegada de los españoles, aunque en las culturas prehispánicas se encuentran algunas aproximaciones como el "Tlacanexquimilli" y la enana  "Cuitlapantón", entre los aztecas y los "aluches" entre los mayas.

El "Tlacanexquimilli", según los que creyeron verlo, era una especie de bulto que contenía cenizas humanas, que rodaba por el suelo, dando gemidos como los de un enfermo y su aparición era señal de calamidades e infortunios.

Según los testimonios orales transmitidos de generación en generación en el Valle de México, si algún trasnochador lo encontraba en su camino, era necesario que lo agarrase y no lo soltara, aunque el bulto lo suplicara de forma lastimera; después de aguantar cuatro o cinco súplicas, el duende azteca decía "te doy toda la riqueza que deseas, para que seas próspero en el mundo".

Con respecto a la enana "Cuitlapantón", según la imaginería popular, era una mujer muy pequeña con largos cabellos y andar cascorvo, se aparecía por las noches; aunque pretendieran agarrarla, nunca lo lograban, además, presagiaba muerte y desgracias.

La conquista de México, unió las creencias de los naturales con las de los españoles, quienes trajeron a estas tierras el imaginario duende.

¿Tiene usted, estimado lector, duendes en casa? revísela, pues aseguran los vecinos de algunos barrios y colonias que los han visto, aunque los mal pensados afirman que se trata de hombres que entran al hogar, cuando el dueño sale a trabajar, son mejor conocidos en la región como "sanchos" y debido al avance del feminismo también hay "sanchas".

Volviendo a los duendes, si no los encuentra en casa, dese una vuelta por La Ermita, El Charco de Lobo, La Turbina, El Cañón, El Ojo de Agua, los panteones, o al doblar la esquina de su cuadra, ¡ah! y si es en una noche de luna llena, mejor…

Parecido

El animal que tiene el corazón más parecido al del hombre es el cerdo; también sus riñones se asemejan más a los del ser humano. En descargo de estos animales, hay algunos humanos cuyo comportamiento es parecido al de los cerdos.