Cuando se tiene una idea y se quiere realizar, si el hacerlo depende de los demás es muy difícil lograr el objetivo; más fácil sería que poco a poco se pretenda ponerla en acción, al menos así se tiene la seguridad de saber cuánto se ha avanzado.
Lo mismo sucede en la vida política, la realización de un anhelo depende del apoyo de los demás, si esos demás no son suficientes es muy difícil alcanzar la meta.
Los partidos políticos buscan entre sus seguidores al que consideran tiene las cualidades y está dentro de las reglas del juego; cambia el procedimiento y se generan una serie de inconformidades que al manifestarse cae en el insulto y la diatriba.
En todo proceso político siempre surgen opiniones ambivalentes que al manifestarse vuelven tenso el ambiente y se rompen esquemas preestablecidos.
El hombre, ha dicho Kan, "es un animal político", que lleva sus relaciones sujetas a regla y normas que se violan con facilidad y enfrentan a los interesados.
Se tiene que tener amplitud de criterio para aceptar las reglas como están formuladas; de lo contrario los partidos políticos están dando un paso hacia la confrontación y la ingobernabilidad.
Santos Noé