Se percibe el paso lento de la claridad del día a la imposición de la noche… en el pueblo por sus calles, dando vuelta al caminar de una calle a otra. Es un momento de paz, de sosiego, como algo que saldrá, sin haber hecho nada por haber hecho todo. No en el día que se va y la noche que llega y aún de eso, la estampa de la vida se detiene interiormente, nos quedamos en él… camino pero nos quedamos en él… caminamos pero nos quedamos adentro… llegamos a donde había que llegar, pero por dentro sabemos que ahí estamos con nosotros mismos.
Seguir leyendo